martes, 22 de septiembre de 2015

Sentir ilusión por lo que hacemos (segunda parte)


Me interesa, y mucho, lo relacionado con la ilusión, no en el sentido “mágico” (fantasía, imaginación, etc.) sino en el sentido más próximo a motivación. ¿Por qué me interesa? Porque observo que muchas personas –desempleadas o que tienen un empleo en el que se sienten a disgusto - no resuelven su situación porque carecen de la ilusión necesaria para luchar y encontrar el empleo que desean.

“Tener ilusión” o “sentir ilusión por” es condición importante para alcanzar nuestros objetivos. ¿Qué ocurre cuando no está presente en nuestra vida? Que la persona se encuentra como “desenchufada”, sin energía para hacer cosas, sin fuerzas y sin motivación; y que, en consecuencia, es difícil que se ponga en marcha para cambiar dicha situación, entrando en un bucle que la mantiene en una “desilusión constante”.


¿Cómo me comporto cuando siento ilusión por algo?

Sigamos investigando sobre qué es y cómo funciona la ilusión, sobre cuánta ilusión hay en tus proyectos y en tu vida. Para ello, nos vamos a detener ahora en los comportamientos que resultan normales cuando sentimos ilusión por algo. Para la psicóloga Lecina Fernández, la ilusión implica un conjunto y una sucesión de actos:

1. Creer en los sueños.
2. Sentirse capaz de diseñarlos y hacer real lo imaginado.
3. Emprender conductas para perseguirlos.
4. Ser perseverante para conseguirlos.
5. Tener esperanza en lograrlos a pesar de la incertidumbre y de las adversidades.
6. Y además, recorrer el camino con ganas y alegría.


¿Cuánta ilusión hay en tu vida?

Las siguientes cuestiones te ayudarán a aterrizar en las etapas anteriores y a reflexionar sobre cuánta ilusión hay en tu vida.

  • ¿Tienes sueños? ¿Crees en ellos? (o en realidad, no tienes claro qué querrías, no tienes ningún sueño o no crees demasiado en aquellos sueños que tienes);

  • ¿te sientes capaz de diseñarlos y convertirlos en una realidad? (o los ves como un imposible por estar fuera de tu alcance, no sentirte capacitado para realizarlos…?)

  • ¿Qué has hecho en los tres últimos meses por conseguir tus sueños? ¿Cuántas cosas has realizado para acercarte a aquello que te ilusiona?

  • ¿Has insistido en ello? ¿Has vuelto a intentarlo después de que algo no saliera todo lo bien que esperabas? ¿Cuántas veces?

  • Realmente ¿Confías en conseguirlo? ¿De 1 a 10, cuál es tu nivel de confianza, tu esperanza de éxito?

Fíjate que estas cuestiones nos están dando, además, muchas pistas sobre qué puede estar ocurriendo cuando estamos desanimados, desmotivados, o cuando nos sentimos incapaces de mejorar nuestra realidad; en concreto, sobre ese momento o circunstancia en la que desapareció la ilusión.

En tanto no hagamos algo diferente para salir de esa situación, el cambio no se producirá. Como dice L. Fernández, la ilusión no es “soñar con” y conseguir lo que deseamos, la ilusión tiene que ver con ponerse en marcha.

“La ilusión no es únicamente la esperanza de algo que está por venir, la ilusión es un conjunto de conductas que conforman el comportamiento del ser humano, tanto cognitivas, fisiológicas-emocionales y motoras, y su puesta en marcha no depende de las consecuencias.”

En muchos casos, la falta de ilusión nos hace caer en la apatía. Aunque sea algo frecuente, no es lo mejor para conseguir volver a ilusionarnos con algo. Sabemos que cuesta trabajo y que requiere esfuerzo pero hay que “hacer por crear eso que nos ilusiona”, por salir del bucle del que hablaba al comienzo del post. La ilusión podemos crearla, buscando pequeñas cosas que nos gusten, apuntándonos a nuevas actividades, o poniendo en marcha proyectos aunque no confiemos mucho en su éxito.

Hay ocasiones en las que ese primer paso para “crear ilusión” consiste en solicitar el apoyo de un especialista (psicólogo, coach, orientador, …) que nos acompañe en el proceso de búsqueda y creación de un espacio de vida ilusionante. Lo hagamos como lo hagamos, lo realmente importante es el tomar conciencia de que la ilusión no llega o se va por azares del destino, sino que depende de lo que nosotros hagamos por crearla e incorporarla en nuestra vida. 

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