viernes, 23 de mayo de 2014

Las afirmaciones de Mafalda


Releyendo algunas de las viñetas de Quino, el “papá” de Mafalda galardonado este año con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, no puedo por menos que reconocer la agudeza de este argentino para abordar situaciones, sensaciones, emociones y pensamientos de una manera cómica, al tiempo que respetuosa y cariñosa.

Preguntas poderosas


Algunas de sus frases son tan poderosas y tienen tanta fuerza como para remover del sitio a quien las lee. Así, por ejemplo, la inocente pregunta: “Mamá, ¿qué te gustaría ser si vivieras?” nos la podríamos hacer, o haber hecho, muchos de nosotros en algunos momentos de nuestra vida, y no precisamente cuestionando nuestro rol de madres, sino cantidad de situaciones en las que la vida se nos escapaba mientras estamos ocupados en “malvivir”. 



En el post publicado en diciembre “No te impidas ser feliz” hablaba de esto, de la cantidad de cosas que nos impiden vivir. De la mano de Pablo Neruda, nos acercábamos a algunas reflexiones para la vida.


Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos ...



Autoestima


Siguiendo con la vida, ahora la cuestión descansa en reconocer aquello que me permite vivir y lo que, por el contrario, me hace morir lentamente. Y para ello, hay un camino que bien conoce Miguelito, el amigo de Mafalda: contar con nosotros mismos como principal recurso. “No sé qué haría yo sin mí”, su contundente frase refleja la importancia de la autoestima, y para llegar a ella, la de estar en nosotros. 


En otro de mis post, Las ventajas de “retirarte” del día a día, durante un rato hablaba acerca de cómo el concederte un espacio diario, solo para ti, y aprender a retirarte cada cierto tiempo, es una de las mejores prácticas para cuidar tu felicidad. 

La cuestión de base es sencilla: estar bien conmigo y tenerme cariño, respeto, estima.  Como en cualquier relación, el roce hace el cariño y la comunicación es la clave para comprenderse. En la relación con uno mismo, ocurre igual. Así pues, de eso se trata, de conversar conmigo mismo como quien se comunica con un amigo. Un rato de soledad, relajación, meditación, esa es la clave. Encontrar ese espacio físico y temporal es el reto, y en este post te ayudo a buscarlo.


Salir al encuentro con la vida


Esta retirada diaria de la que hemos hablado no significa huida, ni meter la cabeza debajo del ala, ni adoptar la postura del avestruz. Es más, significa lo contrario, salir al encuentro con la vida. Y esto no es tan fácil, en ocasiones, pues la realidad no siempre es “linda”.

Por eso,  la comprensible pero poco práctica conducta de Felipe, otro de los amigos de Mafalda, es bastante frecuente en nuestra sociedad. De ello tratábamos al hablar de la zona de confort, lanzándoos un reto a través de un bonito vídeo: ¡Atrévete a soñar!

Solo aceptando este desafío podremos experimentar uno de los más maduros deseos de Mafalda "Sería lindo despertar un día y encontrarse con que la vida de uno, depende de uno"



Y tomar las riendas


Tomar las riendas de la propia vida es uno de los objetivos de muchos clientes cuando inician un proceso de coaching. Para mí, "sentirse dueño de uno mismo" es uno de los propósitos que más fuerza le aporta a una persona frente a un proyecto de cambio. En algunos casos, el objetivo está cercano, en otros requiere de mayor esfuerzo, pero ahí está el coach para ofrecer las herramientas necesarias y para garantizar que el cliente sabe ponerse las tiritas que pueda precisar el alma.


Unas tiritas que, en ocasiones, son tan sencillas como un abrazo o como ponerte a bailar.


¿Y qué estás tú dispuesto a hacer por ti?



2 comentarios:

  1. Muy interesante la conexión que haces entre los entrañables personajes del "papá de Mafalda" y los temas que habitualmente abordas en este blog. Esto me anima a volver a leer las viñetas con otra mirada.

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    1. Las buenas reflexiones admiten muchas lecturas y las de Quino, en mi opinión, son de esas que te abren a nuevas conexiones con aquello que nos interesa o nos preocupa. Gracias por tu comentario.

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