miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿Cuál es la diferencia entre una persona re-activa y otra pro-activa?

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Hace ya tiempo que el concepto de pro-actividad se ha popularizado en el ámbito de la empresa y también en el terreno de las terapias o del coaching. A menudo, este término se asocia al de tomar la iniciativa o estar activo; sin embargo, la proactividad es algo más que una conducta, que la capacidad de decisión o que tener empuje. Las personas que conducen su vida desde esa actitud se caracterizan por bastantes más factores. ¿Cuál es la diferencia entre una persona re-activa y otra pro-activa?

Siguiendo la definición de Wikipedia, “la proactividad es una actitud en la que el sujeto u organización asume el pleno control de su conducta de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias del contexto. La proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer”.


Esta definición resalta en primer término, que es una actitud y, en segundo lugar, que está íntimamente relacionada con asumir la responsabilidad de vivir decidiendo cómo queremos vivir; cuestión, esta última, de tremenda actualidad en momentos como los que estamos pasando, donde la sensación es la de que nuestro futuro no depende de nosotros, sino que lo dirigen otros.

Con mayor detalle Stephen R. Covey, autor del libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva nos describe la diferencia entre una persona reactiva y una proactiva:
“Las personas reactivas se ven a menudo afectadas por su ambiente físico. Si el tiempo es bueno, se sienten bien. Si no lo es, afecta a sus actitudes y su comportamiento. Las personas proactivas llevan consigo su propio clima. El hecho de que llueva o brille el sol no supone ninguna diferencia para ellas. Su fuerza impulsiva reside en los valores, y si su valor es hacer un trabajo de buena calidad, no depende de que haga buen tiempo o no.
Las personas reactivas se ven también afectadas por el ambiente social, por el «clima social». Cuando se las trata bien, se sienten bien; cuando no las tratan bien, se vuelven defensivas o autoprotectoras. Las personas reactivas construyen sus vidas emocionales en torno a la conducta de los otros, permitiendo que los defectos de las otras personas las controlen. 
La capacidad para subordinar los impulsos a los valores es la esencia de la persona proactiva. Las personas reactivas se ven impulsadas por sentimientos, por las circunstancias, por las condiciones, por el ambiente. Las personas proactivas se mueven por valores: valores cuidadosamente meditados, seleccionados e internalizados.
También las personas proactivas se ven influidas por los estímulos externos, sean físicos, sociales o psicológicos. Pero su respuesta a los estímulos, consciente o inconsciente, es una elección o respuesta basada en valores”.

Así pues, no se trata de un simple actuar o tomar la iniciativa. Es una cuestión de actitud, y de actitud hablamos cuando elegimos cómo vivir los tiempos que nos han tocado. Determinar qué valores son los que quiero que rijan mi vida es la clave. Tener unos intereses claros es esencial; definir los objetivos me da la guía; actuar y tener iniciativa es, sin duda, clave; pero, en las actuales circunstancias todo ello debe ir perfectamente anclado a los valores que queremos defender, porque sólo de esa manera nuestra respuesta será libre.


Vicktor Frankl, psiquiatra judío que vivió en un campo de concentración nazi y autor de El hombre en busca de sentido, define la proactividad de una manera muy sencilla "es la libertad de elegir nuestra actitud frente a las circunstancias de nuestra propia vida".



2 comentarios:

  1. Rosa María Serna4 de enero de 2013, 7:20

    Gracias Mercedes!! por el regalo que nos dejado para el 2013. Me ha encantado. Además de ayudarme a parar, profundizar, en ideas, sentimientos, sensaciones. Gracias, pues, por tu claridad, por tu sentido de la realidad, por tu orientación, más necesaria que nunca, tanto para no perdernos en incertidumbres, miedos, desesperanza, etc. como para apoyarnos en aquello que es propio e irrenunciable, nuestra libertad, ejercida mediante una actitud pro-activa. No se me ocurre nada mejor para recuperar, conservar, nuestra confianza en nosotros mismos y en los demás.

    Un beso desde México, y hasta muy pronto. Rosa

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    1. Gracias Rosa, por tu comentario y por tu reflexión. Y tienes razón en que nada mejor que trabajar por conservar la confianza en nosotros mismos y en los demás. Un beso,

      Merche

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