sábado, 12 de julio de 2014

Cómo encontrar la motivación en el trabajo. Tres pistas: autonomía, dominio y finalidad



En este post abordo un tema importante por su influencia en nuestra trayectoria laboral y vital: la motivación por el trabajo. Somos muchos los que en un momento dado de nuestra historia profesional nos hemos preguntado ¿por qué no me hace ilusión mi trabajo? ¿qué podría hacer para ir a trabajar con fuerza y ganas? Aclaremos algunas cuestiones sobre qué influye en esa motivación o des-motivación.


En tu caso concreto, ¿te gusta tu trabajo? ¿te motiva lo que haces? Probablemente la respuesta afirmativa o negativa dependa de cómo respondas a estas tres cuestiones:


  • * ¿Gozas de autonomía en tu trabajo? ¿sientes que diriges tu vida profesional?
  • * ¿Estás comprometido con lo que haces? ¿sientes que tus destrezas son infinitas?
  • * Lo que haces ¿te permite perseguir tus metas? ¿tiene una finalidad que va más allá de ti mismo?

Tres claves 


Autonomía, dominio y finalidad, estas son las tres patas que sostienen la motivación en el trabajo.

Mucho se ha escrito sobre los factores que explican por qué unas personas se levantan cada mañana con ganas de ir a trabajar y otras, por el contrario, no encuentran el motivo para hacerlo con un mínimo de alegría. Daniel H. Pink, consultor y asesor político aborda este tema en su libro “La sorprendente verdad sobre qué nos motiva” y hace hincapié en dos cuestiones.


Factores extrínsecos


La primera, que el siglo XXI y la crisis ha traído cambios en el nivel de compromiso de los trabajadores para con la empresa. Este compromiso ha ido decayendo hasta el punto de generalizarse cierta desilusión o desencanto laboral. Las razones…,  analicemos algunas.

Durante el siglo XX el sistema de gestión de los RRHH se sustentaba en las retribuciones y castigos, es decir, en recompensar el comportamiento que se buscaba y castigar la conducta que se quería evitar. Estamos refiriéndonos, por tanto, a motivadores extrínsecos basados en: “si haces esto, entonces recibirás o evitarás aquello”. Este modelo de “el palo y la zanahoria” es apropiado para trabajos rutinarios, que funcionan con instrucciones claras y donde prima el cumplimiento de una serie de normas y procedimientos.

Factores intrínsecos


El siglo XXI trae cambios: se empiezan a valorar habilidades como la creatividad o la toma de decisiones. ¿Por qué?  Porque nos enfrentamos a tareas más complejas, más “conceptuales” y menos sistematizadas en las que las cosas no están tan predefinidas. La tecnología y la deslocalización (a otros países) desplazan lo rutinario para dar entrada a actividades que exigen soluciones más creativas, innovadoras o distintas. Pues bien, para dar respuestas nuevas e interesantes es importante disfrutar con lo que se hace, obtener placer con el desempeño de la tarea y satisfacción con el trabajo que se realiza.

La segunda cuestión sobre la que insiste Daniel H. Pink es la relacionada con las consecuencias en la motivación laboral. ¿Qué busca el trabajador del siglo XXI? Además de un salario digno y el reconocimiento por el trabajo bien hecho, la persona busca factores de motivación intrínsecos relacionados con el tipo de actividad que realiza y con cómo la realiza; factores cercanos a cuestiones como  disponer de cierta libertad, encontrar reto y compromiso en la tarea y dar con el “para qué trascendente” de la propia actividad. O en palabras del autor autonomía, dominio y fines.



Autonomía
“Tal vez haya llegado el momento de echar el concepto de ‟dirección” a la papelera lingüística junto con ‟fresquera” y ‟carruaje sin caballos”. Nuestra época no requiere una dirección mejor, sino el renacimiento de la autogestión.”

Dominio
“En nuestras aulas y en nuestros despachos vemos demasiada obediencia y demasiado poco compromiso. Lo primero te puede ayudar a superar el día, pero solo lo segundo te ayudará a superar la noche”

“El dominio es una perspectiva mental: requiere la capacidad de ver tus destrezas no como finitas, sino como infinitamente improbables. El dominio es una lata: exige esfuerzo, agallas y práctica deliberada. Y el dominio es una asíntota: es imposible de alcanzar plenamente, lo cual lo convierte en frustrantes y seductor al mismo tiempo”

Fines
“La búsqueda de una finalidad forma parte de nuestra naturaleza, pero esta naturaleza se está revelando y se está expresando ahora mismo a una escala demográfica sin precedentes y que hasta hace poco resultaba difícilmente imaginable. Las consecuencias podrían rejuvenecer nuestros negocios y replantear nuestro mundo.”



Autonomía, dominio y fines. Habrá empleos o tareas concretas que seguirán funcionando bajo las premisas del siglo XX, pero una gran mayoría de los puestos de trabajo actuales requieren de un modelo de motivación distinto, acorde con organizaciones distintas, que sustituyan el desencanto por ilusión.

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