Son muchas las personas
que en estos momentos de crisis se sienten bloqueadas y desmotivadas ante su
trabajo. La falta de perspectivas de progreso y promoción, la ausencia de proyectos
innovadores o la prudencia de los trabajadores a la hora de proponer soluciones
creativas, son algunas de las razones que están llevando a que ciertos
profesionales estén sintiendo que el tiempo pasa y ellos se estancan.
En muchas ocasiones, lo que está fallando es el
“sentido” de nuestro trabajo, el para qué de lo que hago. Es por esto que
cuando el desánimo ante el día a día laboral decae, una de las primeras
cuestiones es la de replantearse qué buscamos con el trabajo, actualmente.
Y, ¿por qué actualmente?
Nuestra vida va
evolucionando y con ello las necesidades e ilusiones profesionales: lo que era
importante en nuestros inicios laborales, ahora y después de años de carrera ya
no lo es tanto; las prioridades de vida que teníamos hace 10 años no tienen por
qué coincidir con las actuales; el entorno laboral y nuestra relación con los
compañeros cambian, ...
Esto último, el entorno
laboral, es actualmente uno de los factores que más está influyendo sobre la
motivación o desmotivación de muchos trabajadores. La situación de crisis, los
cambios en las organizaciones, el riesgo de desempleo, etc. están generando en
muchos trabajadores, una necesidad: la de reenfocar el para qué del trabajo. Y
para conseguir reenfocar nuestra trayectoria profesional es esencial saber cuál
es mi incentivo en estos momentos.