Mostrando entradas con la etiqueta miedo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta miedo. Mostrar todas las entradas

martes, 26 de mayo de 2015

Crea tu primer punto





Me encanta este cuento, y no solo por cómo maneja el asunto de la autoestima, la motivación y la creatividad sino porque ejemplifica algo que a menudo nos ocurre, el quedarnos parados o bloqueados ante una dificultad. 

¿Te ha pasado alguna vez algo de esto?... querer presentar una idea y no tener ninguna, abordar por decimoctava vez un problema sin saber por dónde tirar, sentarte delante de un papel sin que venga una palabra a la cabeza, sentirte parado ante una encrucijada de caminos sin que encuentres el menor indicio de por dónde tirar, enfrentarte con hastío y aburrimiento al mismo trabajo de siempre sin ver una luz ni una salida … podría seguir poniendo ejemplos. En definitiva, lo que se plantea es el tener que decidir o hacer algo para resolver una situación y no lograr dar ningún paso, bueno sí: el de mirar el problema y solo mirarlo, hasta obsesionarnos.

¿Las razones de por qué actuamos así? … pueden ser muchas: miedo, inseguridad, desmotivación, etc. Partiendo de que cada caso es individual, sus consecuencias son que la persona se siente bloqueada y sin capacidad de acción.

Es una situación bien parecida a lo que le pasa al niño del cuento. No se le ocurre qué dibujar y se enfrenta a un papel vacío para, únicamente, conseguir enojarse. Nuestro protagonista tuvo suerte, ya que hubo alguien a su lado que supo mostrarle el camino para romper su bloqueo: hacer algo, dar un primer paso y construir con ese paso, algo importante por pequeño que sea.

El cuento representa una realidad que podemos aplicar a nuestra vida. En mi experiencia como orientadora de personas que están en desempleo, trabajo con frecuencia situaciones personales análogas a la de esta historia: desempleados que hace tiempo se quedaron “parados” ante su búsqueda de empleo. Empezaron con fuerza y entusiasmo pero después de un tiempo de no conseguir buenos resultados, entraron en un periodo de desencanto que conduce a no saber que más hacer. Lo mismo puede ocurrir cuando buscamos una reorientación de nuestra carrera profesional,  o pasamos por una situación de crisis o un deseo de cambio: nos perpetuamos en ese trabajo que no queremos, viendo cómo pasa el tiempo y nada cambia.

Las opciones para salir de esta “parálisis” son diversas pero, sin duda, la cuestión clave es la de “echar a andar”, hacerlo con cualquier acción por pequeña y/o sencilla que sea.

Crea un punto, por modesto que resulte, esto es: haz algo, lo que sea, algo que te ponga en movimiento y que te lleve a un segundo paso. Una llamada de teléfono, asistir a una charla, quedar con alguien, apuntarte a… cualquier cosa que te saque de la cuneta y te ponga de nuevo en el camino.

Haz ese esfuerzo aunque en este momento te resulte difícil. Te merecerá la pena. Y no juzgues si es poco o mucho, grande o pequeño, importante o banal, ¡es tu punto! ese que te va a llevar a hacer más puntos en diferentes colores y tamaños. Y el que, después de un periodo de tiempo y esfuerzo “haciendo puntos”, te abrirá las puertas a tu propio reconocimiento y al de los demás.

Coge el lápiz y no lo pienses mucho, crea tu primer punto, el primero de una serie de puntos. En ti está la decisión de hacer los cambios que mejoren tu vida.



martes, 4 de marzo de 2014

¿Tienes 30 minutos?



30 minutos, es el tiempo que necesitas para dedicarle al post de hoy.

2 minutos para leer la introducción a un bonito corto,

23 minutos, para disfrutar con tranquilidad de esta preciosa historia,

y los últimos 5 minutos, para pensar y reflexionar sobre … lo que te sugiera.

Quizá esto último te lleve algo más de tiempo …  Depende de cada uno.

Disfrútalo


Seguro que hay días que te levantas con ganas de tirar la toalla, con la sensación de que no puedes más, con la queja y la apatía como tarjetas de presentación. Hay, también, momentos en la vida, en los que parece que nada sale bien y que todo se hunde. Son periodos difíciles que, sin embargo, pueden convertirse en “mariposas”. Muchas veces, aunque no seamos conscientes de ello, estamos cerrando una etapa de la vida, para abrirnos a una nueva fase, a un nuevo ciclo que llega con nuevas oportunidades. El que seamos capaces de aprovechar ese momento, para retar al miedo, llenarnos de fuerzas y energía y renovar nuestro sentido de vida, depende de nosotros, de cada uno de nosotros.

Te invito a ver este vídeo que encontré en la red y que me gustaría compartir contigo. ¿Podrías formar parte del Circo de las Mariposas?




domingo, 28 de abril de 2013

Sí, pero…. el poder del miedo (en el trabajo)




¿Te es familiar alguno de estos temores? miedo a ser despedido, miedo a no dar la talla, miedo a los cambios, miedo al futuro laboral, miedo a no encontrar un empleo, …. El miedo profesional está muy presente en la vida de muchos de nosotros. ¿Es bueno? ¿Qué consecuencias tiene? ¿Sientes alguno de esos miedos? ¿Te preocupa?

La presencia del miedo

En los últimos tiempos, los miedos relacionados con lo laboral se han incrementado de forma lógica; los cambios permanentes, la crisis, la incertidumbre, etc. contribuyen a ello.

La diversidad de temores es amplia y hay algunos que sorprenden como el miedo al éxito, ¿verdad? Pues sí, gestionar el éxito no es fácil y es lógico que temamos no saber convivir con él. Otros miedos suenan más familiares, ¿cuál te resulta más próximo?:

sábado, 2 de febrero de 2013

Sí, ¡me atrevo a soñar!


Hacer algo como lo hacemos siempre, de la manera que sabemos que nos sale bien, nos da seguridad y nos genera confianza en nosotros mismo. Crear hábitos es, en muchas ocasiones, una buena medida. Si bien, vivir siempre en terreno conocido, sin introducir ninguna novedad en nuestras vidas, puede llevarnos a una existencia monótona y en la que poco a poco se va instalando el miedo a lo desconocido.

El mundo cambia, y nosotros también. No podemos eludir esa evolución ni negarnos a esa realidad. La decisión es: ¿me adapto resignadamente a los cambios que me van llegando? o ¿dirijo yo mis propios cambios y los busco,  a la medida de lo que necesito? La cuestión depende, en buena parte, de nuestra capacidad para salir de lo que llamamos la ‘zona de confort’ y atrevernos a entrar en la ‘zona de aprendizaje’, para luego llegar a la ‘zona de no experiencia’ (de ‘pánico’, para algunos).

En el siguiente vídeo encontrarás una descripción de estas zonas y lo que ellas conllevan. Pero, antes de visualizarlo, párate a pensar ¿Cuánto tiempo hace que no realizas algo rutinario de manera distinta, o haces algo diferente a lo de siempre? ¿Cuánto tiempo hace que no te pones, al menos un poco nervioso, porque era la primera vez que ibas a probar, invitar, escribir, dar, bailar, hacer,....?

 



Quizá te apetezca pensar de nuevo en las preguntas anteriores después de haber visto el vídeo. O en esta otra: en los 3 últimos meses, ¿qué ha habido de nuevo en tu vida, consecuencia de que tú lo has buscado? ¿Con qué soñabas cuando te lanzaste a hacer ese cambio?

Cuando me asalta el miedo a afrontar algo nuevo pienso que salir de la zona de confort me ayuda a varias cosas: a crecer; a conseguir una zona de comodidad cada vez mayor; y también, a crear una actitud positiva ante los cambios, eliminando los miedos a lo desconocido. Pero, fundamentalmente, me va llenando de la sensación de dominio de mi libertad y de mis decisiones. Y ese sentimiento alimenta mi confianza para conseguir mis sueños. Es por eso, que me atrevo a soñar.

Si quieres disfrutar un poco más con el placer de soñar, aquí te dejo estas palabras de la poetisa nicaragüense, Gioconda Belli, Los portadores de sueños.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Los “quesos” de tu vida.




¿Qué cosas de tu vida te hacen feliz? ¿Qué ocurriría si estas cosas cambiaran? ¿Qué cosas das por seguras y no te planteas que puedan alterarse o faltarte en un momento dado?  Vivimos tiempos de cambio; tiempos en los que estamos viendo como la continuidad en el empleo, los derechos conquistados o las relaciones afectivas, por poner un ejemplo, no están aseguradas de por vida. La llamada a readaptarnos es continua y, sin embargo, no siempre es fácil.

Hace ya muchos años leí el cuento de Spencer Johnson ¿Quién se ha llevado mi queso? Entonces, me parecía una historia muy representativa del momento social que vivíamos, pero hoy en día y en plena crisis me parece de lo más elocuente. El queso simboliza a todas aquellas cuestiones personales o profesionales que son importantes para nosotros y que luchamos por mantener. La desaparición del queso refleja el cambio. Hoy más que nunca estamos sintiendo el temor a “quedarnos sin queso”, por eso debemos tener claro varias puntos: