Hoy traigo una sencilla historia, cargada de mensaje. Es un cuento de Peter H. Reynolds que nos habla de ese niño que llevamos dentro. Nos recuerda cómo se siente y qué desea. Nos invita a reflexionar sobre cómo le tratamos, cómo le atendemos; en definitiva, sobre qué relación tenemos con nuestro niño interior, el yo más auténtico y genuino.
miércoles, 29 de abril de 2015
Él era yo
Hoy traigo una sencilla historia, cargada de mensaje. Es un cuento de Peter H. Reynolds que nos habla de ese niño que llevamos dentro. Nos recuerda cómo se siente y qué desea. Nos invita a reflexionar sobre cómo le tratamos, cómo le atendemos; en definitiva, sobre qué relación tenemos con nuestro niño interior, el yo más auténtico y genuino.
martes, 21 de abril de 2015
Dónde pongo la atención
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Dos lobos
Un
viejo indio estaba hablando con su nieto y le decía: “Me siento como si tuviera
dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo gris, enojado,
violento y vengador. El otro es un lobo blanco lleno de amor y compasión.”
Y el
nieto preguntó: “Abuelo, dime: ¿Cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu
corazón?”
A lo
que el abuelo contestó: “Aquel que yo alimente.”
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Hoy te traigo dos
historias que ponen el acento en cómo creamos la realidad que nos rodea, en el
poder generador de la atención, en nuestra capacidad para alimentar ciertos
sentimientos cuando hacemos foco sobre ellos.
A
veces, esos sentimientos son positivos, pero otras muchas no lo son tantos,
esclavizándonos y condenándonos a vivir bajo la tristeza, la envidia, la culpa,
etc. ¿Qué pasa cuando decido qué sentimiento alimentar? ¿Qué cambia en mi vida
si tomo conciencia de que yo tengo ese poder, esa capacidad?
—
¿Qué clase de personas viven
en este lugar?
—
¿Qué clase de personas vive
en el lugar de donde tú vienes?, preguntó a su vez el anciano.
—
Oh, un grupo de egoístas y malvados, replicó el joven, estoy
encantado de haberme ido de allí.
A lo cual el anciano contestó: Lo mismo vas a encontrar aquí.
Ese mismo día otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo
al anciano, preguntó: ¿Qué clase de personas vive en este lugar?
El viejo respondió con la misma pregunta:
—
¿Qué clase de personas vive en el lugar de donde tú vienes?
—
Un magnífico grupo de personas, honestas, amigables,
hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.
—
Lo mismo encontrarás aquí, respondió el anciano.
Un hombre que había oído ambas conversaciones preguntó al viejo: ¿Cómo es posible dar dos respuestas diferentes a la misma pregunta?
A lo cual el viejo respondió: Cada cual lleva en su corazón el medio ambiente donde vive. Aquel que no encontró nada nuevo en los lugares donde estuvo no podrá encontrar otra cosa aquí. Aquel que encontró amigos allá, podrá encontrar también amigos aquí, porque, a decir verdad, tu actitud mental es lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto.
Siempre que tengas una actitud positiva hallarás la verdadera riqueza de la vida. Si miras dentro de ti sabrás que posees una gran fortaleza para entregar y para descubrir todas las cosas buenas en los demás. ¡Qué siempre encuentres un oasis de paz!
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