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Hace ya tiempo que el concepto de pro-actividad se ha popularizado en
el ámbito de la empresa y también en el terreno de las terapias o del coaching.
A menudo, este término se asocia al de tomar la iniciativa o estar activo; sin
embargo, la proactividad es algo más que una conducta, que la capacidad de
decisión o que tener empuje. Las personas que conducen su vida desde esa
actitud se caracterizan por bastantes más factores. ¿Cuál es la diferencia
entre una persona re-activa y otra pro-activa?
Siguiendo la definición de Wikipedia, “la proactividad es una
actitud en la que el sujeto u organización asume el pleno control de su
conducta de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo
de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la
libertad de elección sobre las circunstancias del contexto. La proactividad no significa
sólo tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas
sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer”.