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Foto: Mercedes Gigosos |
Ahora que estamos en la
época del año en que “¡hay que hacer la
Declaración de la renta!” te sonará eso de: “¡mañana me pongo con ella!”, “¡Este fin de semana la hago sin falta!”,
“¡Horror!, ¿dónde tendré los papeles?”,…. Y es que hay obligaciones que
suponen una tortura, y que posponemos una y otra vez, hasta que no queda otra.
Este post está dedicado a
eso, a la lista de cosas pendientes. Y está dirigido a todas aquellas personas
que quieran reducirla, e incluso, eliminarla, consiguiendo con ello una gran
sensación de libertad.
Empecemos con un corto
ejercicio: haz el pequeño esfuerzo de
enumerar esas tareas que pospones una y otra vez, y aún mejor, ¡anótalas!
Ahora, piensa en cuáles son las razones que te llevan a postergar
sistemáticamente alguna de estos “debería hacer”. ¿Las causas son
distintas, verdad? En algunos casos, los evitamos porque son tareas que nos
aburren; en otros, huimos de esas tareas porque no queremos afrontarlas.