![]() |
Foto: Mercedes Gigosos |
Ahora que estamos en la
época del año en que “¡hay que hacer la
Declaración de la renta!” te sonará eso de: “¡mañana me pongo con ella!”, “¡Este fin de semana la hago sin falta!”,
“¡Horror!, ¿dónde tendré los papeles?”,…. Y es que hay obligaciones que
suponen una tortura, y que posponemos una y otra vez, hasta que no queda otra.
Este post está dedicado a
eso, a la lista de cosas pendientes. Y está dirigido a todas aquellas personas
que quieran reducirla, e incluso, eliminarla, consiguiendo con ello una gran
sensación de libertad.
Empecemos con un corto
ejercicio: haz el pequeño esfuerzo de
enumerar esas tareas que pospones una y otra vez, y aún mejor, ¡anótalas!
Ahora, piensa en cuáles son las razones que te llevan a postergar
sistemáticamente alguna de estos “debería hacer”. ¿Las causas son
distintas, verdad? En algunos casos, los evitamos porque son tareas que nos
aburren; en otros, huimos de esas tareas porque no queremos afrontarlas.
Hacer frente y resolver
la lista de temas pendientes es, en muchas circunstancias, el ejercicio previo
al cambio deseado, por eso es importante. Queremos y nos proponemos vivir de
otra manera, pero hay una serie de “debería” pendientes que pesan muchísimo y
aparecen como grandes o pequeñas piedras en el camino.
Limpiar el espacio de
estas piedras tiene un gran poder psicológico y motivacional: esa limpieza es
un empuje para comenzar con ese cambio deseado, nos refuerza positivamente al observar
los logros conseguidos; además según las vamos eliminando, nos llenamos de una
sensación de ligereza y libertad. Pero lo que es más importante, tomamos
control de las cosas y decidimos que habrá temas que sí pospondremos, pero lo
decidimos con conocimiento de causa y sin “culparnos” por ello.
Por todo esto, te animo a
afrontar la primera de las tareas: decidir qué razones te paralizan frente a
cada una de tus cuestiones pendientes. Talane
Miedaner, en su libro Coaching para el Éxito, enumera seis
posibles causas:
- Porque no te gusta esa tarea, ese trabajo, ese deber, de modo que lo dejas de lado el mayor tiempo posible.
- Porque no sabes cómo resolverlas.
- Porque te falta tiempo.
- Porque no sabes si realmente quieres hacer lo que te propusiste.
- Porque tienes un bloqueo y necesitas que te empujen para comenzar.
- Porque necesitas tiempo para reflexionar.
Coge tu lista de cosas
pendientes y clasifica en función de estos seis puntos. El simple hecho de
identificar la causa te pondrá en el camino para solucionar o resolver estos asuntos
que tanto pesan en las agendas diarias. Así, cada vez que piensen: ¡tendría que hacer …… (que ya debía haber
hecho)!, reflexiona sobre qué te hace dejarlo, una y otra vez. Ahí tendrás
la clave para afrontarlo y eliminarlo de esa antipática lista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario