No soy una "fan" de IKEA pero me ha encantado:
En momentos de crisis
como los actuales y, aun más, cuando volvemos a retomar los hábitos tras las
vacaciones de verano, un pequeño cambio en nuestro día a día puede abrirnos a
un mundo de novedades y descubrimientos. Y, lo más normal, es que posiblemente,
ni lo intuimos.
Hay veces en la vida que nos “anclamos” en la zona de confort y
soportamos “compartir un banco” en el que estamos incómodos por pereza, miedo, inercia
o ansiedad ante el hecho de hacer algo distinto. El “como todos los días” se impone. Y acabamos mirando siempre al
mismo sitio y reduciendo las opciones que nos permiten disfrutar más de la
vida.
Acabar con esta situación
es, en ocasiones, complicado (un divorcio, por ejemplo); no me refiero con el
post a cambios tan fuertes como este. Sin embargo, en otros muchos casos el romper
con la monotonía requiere de cuestiones sencillas: metafóricamente de dar el
paso de “comprar una simple silla”; es decir, de hacer una pequeña renovación
en nuestra vida.
Realmente, el esfuerzo más grande está en dos
puntos:
1. El hecho
de decidir: ¡ya no más!
2. Y, el de
ponerse en marcha.
El resto, viene solo. Al
principio, unas dosis de perseverancia. Y después, ¡a disfrutar!
¿Cuál es tu caso? Imagina que eres el “abuelo de
IKEA”
§
¿Hay alguna
situación en tu vida que se asemeje a ese banco? ¿hay algo que haces siempre de
la misma forma porque así es como lo llevas haciendo durante los últimos….
días, meses, años? ¿hay alguna situación de la que escaparías ya mismo?
§
¿Para qué
sigues ahí? ¿qué te aporta esa situación? ¿ese hábito? ¿podrías ampliar horizontes
si cambiaras tu forma de actuar? ¿podrías descubrir nueva gente, otros sitios,
experiencias distintas…?
§
¿Qué te atrae
descubrir o conocer? ¿Te apetece intentarlo? ¿te gustaría salir de esa
monotonía? ¿estarías dispuesto a hacer algo por renovarte?
Piensa en qué puedes
cambiar, “en qué silla” te va a permitir salir al mundo, en qué pequeño gesto
te llevaría a una vida más variada y enriquecedora.
Es más fácil pensar en un
cambio de ciudad, un nuevo trabajo, una jubilación o una lotería, pero el
“abuelo de IKEA” nos muestra que, por suerte, a veces con una “simple silla”
basta. ¿Que silla eliges?
No hay comentarios:
Publicar un comentario