¿Te es familiar alguno de estos temores? miedo a ser despedido, miedo a no dar la talla, miedo a los cambios, miedo al futuro laboral, miedo a no encontrar un empleo, …. El miedo profesional está muy presente en la vida de muchos de nosotros. ¿Es bueno? ¿Qué consecuencias tiene? ¿Sientes alguno de esos miedos? ¿Te preocupa?
La presencia del miedo
En los últimos tiempos,
los miedos relacionados con lo laboral se han incrementado de forma lógica; los
cambios permanentes, la crisis, la incertidumbre, etc. contribuyen a ello.
La diversidad de temores
es amplia y hay algunos que sorprenden como el miedo al éxito, ¿verdad? Pues
sí, gestionar el éxito no es fácil y es lógico que temamos no saber convivir
con él. Otros miedos suenan más familiares, ¿cuál te resulta más próximo?:
- Miedo a fracasar, a fallar, a cometer errores.
- Miedo a tener que trabajar en algo distinto.
- Miedo a nuevos retos, a no estar a la altura.
- Miedo a la responsabilidad, a tener que liderar.
- Miedo a no encajar en el ambiente laboral.
- Miedo a tomar una decisión equivocada
Empecemos reconociendo que esas sensaciones y sentimientos son normales, e incluso buenas. Sentir cierto miedo ante lo desconocido y ante el futuro es una estrategia. Ese “cierto” temor nos obliga a estar atentos, preparados y dispuestos a reaccionar ante los cambios, para procurar la mejor adaptación.
El poder de las excusas
Sin embargo, hay veces
que el miedo nos bloquea y nos paraliza, y en consecuencia, nos quedamos fuera
de juego porque no podemos actuar para adaptarnos. Entonces es cuando, buscamos
evasivas para no tener que enfrentarnos a aquello que nos está atemorizando.
“Si pero, …..”, ¿te suena
está frase?, ¿en qué situaciones has dicho últimamente, sí pero,….? Con estas
dos palabras comienza el poder de las excusas, evitamos o postergamos.
Cualquier solución tiene un “pero” que impide que hagamos frente a la
situación. Piensa ¿qué temas pendientes tiendes a postergar porque te es
incómodo afrontarlos?
Poco a poco, la conducta de
evitación se convierte en un hábito. Uno se instala en cualquiera de las
múltiples maneras de “evitar”: la huida, la inmovilidad, la negación, la queja,
la sumisión, ….. Y, mientras tanto, el temor sigue ahí, “tomando posiciones,
ganando terreno” hasta que llega un momento en que dirige muchas de nuestras
actuaciones a nivel laboral, y también personal. En el terreno de lo laboral puede,
incluso, llegar a derivar en patología, la ergofobia o miedo a trabajar. Hay muchas
personas que sienten pánico ante la idea de tener que enfrentarse a un trabajo
y no encuentran un empleo porque, de manera inconsciente, desean no encontrarlo
para no tener que enfrentarse a ese miedo.
¿Qué está ocurriendo?
Estamos más centrados en
eludir ese miedo que en hacer aquello que nos permitiría salir de esa
situación. ¿Y qué es lo que nos permite salir de la situación? El vivir
experiencias que nos refuercen positivamente, el dar una oportunidad al éxito, el
abrirnos a otros modos de hacer que nos lleven a la satisfacción por lo hecho. Sin
embargo, al estar tan centrados en lo negativo, no damos estos otros pasos, no
dejamos espacio para que aparezcan esas experiencias positivas, sino que las
tenemos anuladas y bloqueadas. Es por ello, que solo conseguimos ahondar en
nuestro miedo y en las emociones negativas que generan, tristeza, apatía,
desánimo, etc.
¿Cómo superarlo? Algunas claves.
- En primer término, es importante reconocer que existe ese miedo y decidirse a hacerle frente: ¡ya está bien!
- Buscar el apoyo de un especialista si uno siente que precisa orientación y apoyo profesional. Dependiendo de la necesidad, un coach o un terapeuta nos guiarán y acompañaran en el proceso.
- Buscar un objetivo motivador. ¿Qué beneficios voy a obtener? ¿Qué me gustaría ganar con este esfuerzo? Tenerlo claro y que sea algo que realmente deseamos es importante para mantener la motivación.
- Actuar y ponerse a ello. Dar “un” primer paso, por pequeño que sea, es crucial. Los pequeños retos nos reportarán resultados positivos que nos animarán a continuar. Aunque el objetivo motivador conlleve una proyecto más amplio y ambicioso, el afrontarlo poco a poco es importante para asentar triunfos.
- Cargarse de pensamientos positivos evitando los negativos. Reforzar nuestros puntos fuertes y generar confianza en nuestra capacidad para dirigir la propia vida. Al principio cuesta, es cierto, pero es la clave para cambiar de actitud frente al miedo.
- Darle margen al factor tiempo. Ir poco a poco, con paciencia y consolidando cada paso. El tiempo, ahora, es un aliado; antes de empezar a actuar, era un enemigo.
- Aprender a cuidarnos. La relajación, el ejercicio físico, la alimentación sana y los buenos momentos junto a las personas que nos refuerzan positivamente constituyen el contexto desde el que trabajar todo lo demás.
Finalizo con este vídeo que he utilizado muchas veces en mis conferencias y seminarios, pues me parece que resume muy gráficamente lo que es el miedo y el poder de la decisión clave: ¡atrévete a cambiar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario